sábado, 17 de abril de 2010

Entre dragones y humanos






















"Cómo entrenar a tu Dragón" es una conmovedora película que estruje el corazón hasta de los más grandes; creada por los estudios Dreamworks, quienes parecen haber captado la antigua magia de Disney. En mi opinión, una historia que ya hemos visto antes, pero con un toque renovado. Esta película es escrita y dirigida por el gran dúo que dio vida a Lilo & Stitch: Dean DeBlois – Chris Sanders. En su intento por reproducir un concepto similar al de la serie de dibujos, crean la historia de un niño (reemplazo de Lilo) y su dragón mascota (que reemplaza satisfactoriamente al extraterrestre Stitch).

La película es protagonizada por Hippo, un pequeño vikingo que vive una crisis existencial, en la cual debe elegir entre convertirse en un animal violento o utilizar su raciocinio para solucionar el gran problema de su pueblo: la plaga de dragones. En su intento por pretender ser el típico guerrero sin sentimientos, conoce a Chimuelo, el dragón más temido de todos, quien le hace comprender que toda criatura tiene derecho a vivir, a ser querido y hasta divertirse. La trama se vuelve muy pegajosa en cuanto se desarrolla con momentos de alta carga sentimental y diálogos simples y a la vez profundos.

Hippo pertenece a una clase guerrera, violenta. Y esto responde a la pregunta ¿Por qué Vikingos? ¿Por qué no Romanos o Griegos? Pues Vikingos eran hombres que solo utilizaban la fuerza, aquellos humanos que en tiempos remotos, que pasa también ahora, solo utilizaban su instinto animal. Solo mostrando a un pueblo Vikingo el film podría explotar en sí la riqueza de contenidos mitológicos.

Las ansias de gloria ciegan por un momento al pequeño Hippo, quien por influencias de la sociedad en que vive, busca matar por primera vez en su vida a un dragón, una criatura indefensa, que nunca le hizo daño. Este es el momento decisivo en que Hippo lo hiere y comienza así su fantástica amistad con el animal más temido del planeta.

El maligno enemigo resulta ser una dulce mascota de rasgos que hacen recordar más bien a algún pequeño perro. Sus vidas se entrelazan. Hippo estaba destinado a cambiar la ideología de una sociedad completa. Chimuelo (el dragón) a cambiar el destino de sus amigos dragones.

El final de la película es francamente increíble. Nunca antes vi un desenlace de un film animado donde no se sigue el cliché de un héroe que atraviesa las guerras más peligrosas y resulta que por una lágrima de su princesa adorada recupera sus fuerzas y sale sin ningún rasguño del campo de batalla. NO, Como entrenar a mi dragón parece un película para niños, pero en realidad deja unas cuentas moralejas que los adultos deben comprender. ¿Cómo odiar lo que no conoces del todo? ¿Por qué asesinar criaturas que tienen el mismo derecho a la vida que los humanos? El final termina por dejar un sabor agridulce en nuestros ya estrujados corazones.

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